Jornadas de los Jóvenes en Madrid
Querida Familia en el Verbo Encarnado,
“…no podemos callar lo que hemos visto y oído… “. Hago mías las palabras inspiradas de S. Pablo, no puedo callar lo que he visto y oído durante la peregrinación hacia las Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, que Dios en su Providencia me ha querido regalar, antes de finalizar mi oficio de “bedel” en el noviciado.
El Noviciado Internacional “Madonna di Loreto”, recibe vocaciones de toda Europa, es así que junto a la Madre M. Nadiya, la hermana M. Mother of Divine Innocence y a 6 novicias, una italiana, dos albanesas, una inglesa y dos holandesas, emprendí este viaje. No sólo para las que somos del “nuevo continente” ha sido un descubrimiento del “viejo mundo”, sino que para las novicias fue un re-descubrir las raíces cristianas de estas tierras, que tantas veces se quieren ocultar en estos tiempos modernos.
Casi 2 millones de jóvenes venidos de los 5 continentes para ver y escuchar al Santo Padre… ¿qué presidente, cantante o deportista atrae tantos jóvenes de todo el mundo? Un hombre, mayor, de 84 años los ha reunido. Pero, ¿es sólo un hombre que los ha reunido? No. El Papa, es el sucesor de Pedro, es, como decía Santa Catalina de Siena, “el dulce Cristo en la tierra”…Entonces es Cristo que obra a través de los miembros de su Iglesia, quien nos ha reunido… Ahora, ¿sólo un hombre que vivió hace 2011 años? No, Dios que se ha hecho hombre. Sólo Dios puede obrar un milagro así. No sólo por la cantidad, ni por los lugares de proveniencia, sino también por su comportamiento… la alegría que reinaba durante estos días, el respeto.
En estos tiempos, en los que muchos son indiferentes a Dios, o se han olvidado de que existe, o no creen, jóvenes (incluso niños con sus familias) laicos, religiosos, sacerdotes, han demostrado que la Iglesia está viva. Un clima de inmensa y sana alegría no dejó de vivirse desde que se iniciaron estos 3 días dedicados a los jóvenes, desde la llegada del Santo Padre, hasta el día de la Santa Misa de clausura.
Destaco sobre todo el Vía Crucis por las calles, que se realizó con las típicas imágenes hechas en el sur de España, con escenas “vivas” de la Pasión de Nuestro Señor. En cada estación llevaban la cruz diferentes grupos de jóvenes: del África por la violencia que viven, jóvenes discapacitados, de Haití o Japón víctimas de terremotos, recuperados de la drogadicción, que ayudan a enfermos de SIDA, etc. Todo en un clima de silencio, oración, devoción.
También fue increíble ver cómo después de un día agotador de calor, y de caminata hacia el aeródromo donde se hizo la vigilia con el Papa, el sábado por la noche, nunca se perdió la alegría. Durante la vigilia se levantó una tormenta, con fuertes vientos y lluvia, muchos corrían, iban y venían, otros rezaban para que pasara. El Santo Padre que estaba en el escenario (sin techo) cubierto con un paraguas, decidió esperar, se dirigió a los peregrinos con un “Jóvenes, gracias por vuestra alegría”, que arrancó ovaciones. “¡Gracias por vuestra resistencia! ¡Vuestra fuerza es mayor que la lluvia!”, añadió. “El Señor con la lluvia nos manda muchas bendiciones. También en esto sois un ejemplo”. Nos alentaban con los micrófonos a rezar, al rato la tormenta se calmó y pudimos continuar con la vigilia. A los pocos minutos de ese caos, era increíble ver el silencio, respeto y devoción que llenaba este inmenso lugar, cuando se expuso al Santísimo Sacramento, Cristo presente en la Hostia. Todos estaban atentos, algunos parados, otros sentados, muchos de rodillas… ¡casi 2 millones de jóvenes! Incluso después de que se fue el Santo Padre, las carpas que se habían dispuesto para la Adoración Eucarística durante la noche estaban llenas de jóvenes, y los sacerdotes no daban a basto para escuchar confesiones.
Párrafo aparte merece el encuentro de religiosas jóvenes con el Santo Padre, en el Monasterio del Escorial. Hemos podido verlo muy de cerca, y escuchar sus palabras dirigidas a las consagradas, entre otras destaco: “… este es el testimonio de la santidad a la que Dios os llama, siguiendo muy de cerca y sin condiciones a Jesucristo en la consagración, la comunión y la misión. La Iglesia necesita de vuestra fidelidad joven arraigada y edificada en Cristo. Gracias por vuestro “sí” generoso, total y perpetuo a la llamada del Amado (…). El encuentro personal con Cristo que nutre vuestra consagración debe testimoniarse con toda su fuerza transformadora en vuestras vidas; y cobra una especial relevancia hoy, cuando «se constata una especie de “eclipse de Dios”. También, fue muy emotivo el discurso que una religiosa, en nombre de todas, ha leído al Papa; resuena en mi memoria sobre todo: “Sabemos, Santidad, quela cruz que Dios ha puesto sobre sus hombros es muy pesada. Queremos decirle que no la lleva solo, cuente con nosotras, que, en el silencio del claustro o en la actividad con que servimos a la Iglesia, le ayudamos con nuestra sencillez y pobreza, y con la fuerza que recibimos de Cristo”.
Como familia religiosa, nos reunimos todos los grupos provenientes de los diferentes lugares en los que tenemos misión, en Ávila. Éramos muchísimos, que después de recorrer todo lo relacionado con Sta. Teresa (Convento S. José, de la Encarnación, casa de su niñez, etc) tuvimos la Sta. Misa y un almuerzo festivo, con fogón, aunque improvisado, como no podía faltar.
Dios me ha dado la gracia de poder contemplar la inmensidad de su Iglesia: en este viaje se unirían la Iglesia triunfante, que son los santos que ya están en el Cielo, y la Iglesia militante, nosotros cristianos, que estamos todavía pasando por esta vida terrena. De la Iglesia triunfante: Hemos podido rezar ante los restos de muchos santos de todos los tiempos, desde Sta. Ma. Magdalena que terminó su vida haciendo penitencia en una cueva en la montaña al sur de Francia, S. Cecilio (1er. obispo de la actual España mandado por S. Pedro), S. Idelfonso (obispo de España luego de la caída del Imperio Romano), pasando Sta. Teresa de Ávila, S. Juan de la Cruz, S. Juan de Dios, S. Juan Bosco, S. Benito Cottolengo, Sta. Margarita Ma. Alacoque, S. Claudio de la Colombier, San Juan Ma. Vianney; más actual Beato Pior G. Frasatti, y aún más Sta. Madre Maravillas de Jesús. En España muchísimos religiosos mártires de la guerra civil de 1936, asesinados por los comunistas, en cada iglesia que visitamos encontrábamos sus restos, por ejemplo en Toledo: 30 franciscanos, en Granada: 72 hermanos de S. Juan de Dios, en Vic: 6 religiosas, en Barbastro un seminario completo (51 en total)…¡todos mártires del siglo XX!
Y de la Iglesia militante, es ejemplo este gran apostolado iniciado por el Beato Juan Pablo II, o Juan Pablo Magno, en los años ´80. No sólo ha dado frutos para los jóvenes que hemos estado allí, también se vio en las personas que viven en Madrid (y en toda España), no tan jóvenes, que nos paraban por las calles para saludarnos, felicitarnos, o simplemente decirnos cuán contentos estaban de ver este testimonio. Y también por los frutos que dará en cada joven cuando regrese a su país, como dijo el Santo Padre, al compartir con los otros lo que hemos visto y oído, esta experiencia única.
Doy gracias a Dios por esta peregrinación, especialmente por lo formativo que ha sido tanto a nivel personal, como comunitario.
En Cristo y María Santísima.
Madre María Fons Vitae