Poesía escrita por Isabel Woites de Berarducci, mamá de la religiosa María Madre de Mártires y de un sacerdote y un seminarista de la Familia Religiosa del Verbo Encarnado

 

Dedico esta poesía a todas las Novicias y Religiosas del Instituto
con el deseo de que sean siempre fieles a ese carisma
tan particular de la alegría que les imprimió el Fundador,
y que tanto bien hace al mundo

 

Detuvo un instante la vista por su obra el Creador,

en las tierras del argentum y hasta de sí se admiró.

-¡Qué acuarela perfecta! agua, cielo y roca son.

Si tan sólo hablar pudieran, ¿quién negaría mi amor?

Como a aquel hombre primero -el del país del Edén-

eligió uno de entre muchos y a éste durmió también.

Le hizo soñar un sueño. Sueño de niño soñó;

donde las cosas reviven y giran en derredor.

Agua, cielo y roca allí, sonrientes, eran presencia de Dios.

Despertó por fin del sueño seguro en su decisión:

-Que si enmudecen los hombres, haré que hable

de mi Patria su paisaje, ¡tal como lo anhela Dios!

Las nubes se hicieron velo, la roca en vestido mutó,

y el agua en su azul intenso dieron distintivo color.

¡Agua, cielo y roca trocaron en Novicias del Señor!

Y los hombres no lo entendieron.  Pero sí lo entendió el Señor.

Y viendo Dios que era muy bueno, aquel día descansó.

Isabel Woites de Berarducci

Novicias Argentina