A continuación ofrecemos la circular que nuestra Superiora General, la Madre María de Anima Christi, envió en el año 2004, invitando a asociarse para rezar por la unidad de los cristianos, especialmente en Rusia:
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El sábado 10 de enero de 2004, Mons. Erba visitó el Monasterio “Beata María Gabriela de la Unidad” y, en preparación al Octavario de oración por la unidad de los cristianos, expuso una conferencia acerca de la vida de los Padres barnabitas Schouvaloff y Tondini. Estos sacerdotes, de la misma congregación de Mons. Erba, dieron inicio en el siglo XIX a una Asociación de oración por la unidad de los cristianos, con especial interés por Rusia.
El P. Agustín M. Shouvaloff (1804-1859) era un conde ruso ortodoxo convertido al catolicismo y al quedarse viudo, a la edad de 52 años, entró en el noviciado de la congregación de los Clérigos Regulares de San Pablo (Barnabitas). Escribió una autobiografía titulada “Mi conversión, mi vocación” en la cual describe su historia personal y la inspiración de fundar una Asociación de oración por la unidad de los cristianos en Rusia. Tal iniciativa, que se concretó en 1857, fue aprobada el 4 de noviembre de 1862 por el Card. De Angelis, Arzobispo de Fermo.
Durante la celebración de su primera Misa lo asistió el P. Tondini, quien había sido también su compañero de noviciado. Conmovido por el testimonio de vida del Padre Shouvaloff, también el P. Tondini se hizo gran promotor de la causa ecuménica, particularmente en lo referente a la unidad de los cristianos en Rusia. Tres veces al día ofrecía a Dios su propia vida por esta intención mediante una oración especial. Durante su vida de misionero viajó a distintos países de Europa y pudo presentar la Asociación de oración a numerosos obispos, sacerdotes, religiosos y laicos. Muchos adhirieron a esta iniciativa espiritual.
Después de la muerte del P. Tondini no hubo quién siguiese esta tarea de promoción de la Asociación y de a poco se fue extinguiendo el fervor por esta noble causa, hasta que Mons. Erba, como vicario del seminario de los Padres Barnabitas, trató de darle un nuevo impulso. Pero desde hace casi 30 años, cuando tuvo que dejar sus tareas en el seminario para dedicarse a otras actividades en bien de la Orden y de la Iglesia, nuevamente la Asociación quedó en el olvido.
Monseñor siempre conservó encendido el interés por la misma, movido por su ardiente deseo de la unidad entre los cristianos. Así fue que en varias ocasiones nos comentó acerca de esta Asociación, manifestando su deseo de que esta obra pudiese en cierto modo ser continuada. En concreto, hace ya tiempo, propuso a nuestras hermanas del Monasterio “Beata María Gabriela de la Unidad” relanzar esta obra espiritual, dado que ellas recibieron de parte del P. Buela la especial misión de rezar por la unidad de los cristianos.
A raíz de esta propuesta, estudiamos el tema con vivo interés en el Consejo General y acogimos con alegría la iniciativa, pues en estos tiempos, la urgencia de la labor ecuménica se hace sentir de manera especial. Nos pareció que es un modo concreto de sentir con la Iglesia, buscando que se cumpla cuanto antes la promesa-profecía de Nuestro Señor Jesucristo: “habrá un solo rebaño y un solo pastor” (Jn. 10,16).
El mismo día sábado 10 de enero, Víspera de la Fiesta del Bautismo del Señor, en el Monasterio “Beata María Gabriela de la Unidad” en Pontinia, Mons. Erba relanzó la Asociación de oración por la unidad de los cristianos especialmente en Rusia.
Las hermanas del Monasterio “Beata María Gabriela de la Unidad”, por su misión ecuménica, serán las encargadas de promover la Asociación de oración, según el espíritu y la intención de los PP. Tondini y Schouvaloff. La Asociación está abierta a todos aquellos que libremente quieran adherir y difundir a su vez la causa ecuménica, rezando particularmente por la unidad de los cristianos en Rusia.
El P. Tondini soñaba que, cuando llegase al cielo, los frutos de unidad que vería,habrían sido en parte mérito de la iniciativa y oración de los miembros de la Orden Barnabita. Espero que también nosotros, como miembros de la Familia Religiosa del Verbo Encarnado, podamos dar nuestro aporte a esta importante causa que nace propiamente del mismo Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, quien oraba con insistencia: “Que todos sean uno”(Jn. 17, 11.21-22).
Segni, 18 de enero de 2004, en el inicio del Octavario de oración por la unidad de los cristianos.
Madre María de Anima Christi
Superiora General